Un área de negocios siempre dinámica y rentable en España, lo es sin duda el sector inmobiliario. El desarrollo de 2019 lo confirma, y vemos cómo se intensifica la competencia entre los distintos actores del sector en la captación de clientes y una oferta que cada vez más tiende a especializarse y a sofisticarse al compás de las nuevas tecnologías y modelos de negocio.
Regiones como Madrid, Barcelona, Valencia, Costa del Sol en Málaga son en este momento las de mayor empuje, no solo por la oferta y demanda de pisos y casas de distinta naturaleza, sino también por el incremento en la demanda de trabajadores técnicos y especializados para un pujante sector de promotoras inmobiliarias, de tamaño grande y mediano, y que esperan captar parte de un mercado en constante crecimiento.
A esto hay que sumar el interés cada vez mayor de los fondos de inversión e instituciones financieras en constituir sus propias promotoras, muchas alineadas a la tecnología 2.0 y en la búsqueda de nichos cada vez más especializados.
Elementos como la calidad y la variedad de la oferta inmobiliaria, la atención a necesidades no tradicionales, y la segmentación intensiva de la clientela son los referentes en el mercado de hoy día.
Todos estos elementos apuntan a la innovación en el sector, con la aparición cada vez más frecuente de modelos de negocios no tradicionales, que se arriesgan al asomar conceptos que están en pleno desarrollo, no solo en España, sino a nivel global.
Los negocios inmobiliarios en España están en un buen momento y es bueno dar un repaso por las ideas que están marcando la pauta de innovación en el sector.
Tendencias en el sector inmobiliario.
Para dar un vistazo a las nuevas ideas y tendencias, conviene hacerlo primero desde la perspectiva de la promotora clásica, y luego desde las propTech.
Adaptación, creatividad y reimpulso, son los nuevos principios adoptados por las clásicas promotoras. Si bien siempre habrá espacio para la actividad habitual de venta y alquiler de pisos y casas, nuevos esquemas de negocios se afianzan para enriquecer la oferta de las inmobiliarias, así ocurre con el crowdfunding, el cual permite a un grupo de particulares asociarse para reunir fondos suficientes y comenzar un proyecto inmobiliario, comprando inclusive el terreno para levantar sus casas. En medio de estos emprendimientos, la promotora puede participar en la coordinación de la financiación, e incluso en la construcción misma de las soluciones inmobiliarias, ofreciendo asesoramiento técnico especializada, y aprovechando el conocimiento de la zona. Tal es el caso de las Casas Adaix.
El posicionamiento como marca especializada en el mercado de superlujo es la fortaleza de Mikeli, en la zona de Cantabria. La posesión de una cartera selecta de clientes y el conocimiento a profundidad de la zona les permite ofrecer a nuevos inversores en el sector inmobiliario oportunidades de asociarse en este mercado ya sea con la constitución de oficinas secundarias de las Oficinas regionales de la inmobiliaria, o incluso con la adquisición de una franquicia Mikeli Prime.
Apoyarse en la fortaleza de la marca para llegar al gran público es siempre una opción. Para grandes nombres como Century 21 y Re/Max, la vinculación de los clientes con estas marcas reconocidas es un plus que no está al acceso de la mayoría de la competencia.
La irrupción de las propTech.
Llamadas de esta manera por la combinación del sector inmobiliario con la experiencia tecnológica, las propTech no solo traen consigo un modelo de negocios inmobiliarios en línea, sin presencia física en oficinas, sino que incluyen en su cartera trucos innovadores.
Tal es el caso de Loftium, quienes traen la propuesta de financiar parte de la adquisición de tu propiedad, (incluso hasta 50 mil dólares), con una pequeña condición: ceder, de modo temporal, una de las habitaciones de la propiedad para ser alquilada por Airbnb. De esta manera, se paga la inversión, en un periodo de tiempo que puede ser desde uno a tres años.
Otra iniciativa sumamente innovadora viene de la mano de Nesterly, cuyo modelo de negocio consiste en ofrecer alquiler de habitaciones a cambio de trabajo o tareas dentro de la casa. Así, el coste del alquiler puede rebajarse en tareas como, digamos, pasear al perro de la dueña de la casa, o realizar esa reparación tan postergada del techo. En este caso, la novedad del modelo de negocio radica en formalizar mediante contrato la ejecución de las tareas y su cuantificación en el alquiler de la habitación.
Finalmente, Mister BnB lleva el negocio de alquiler turístico impuesto por Airbnb a otro nivel. Segmentando el mercado a un grupo muy específico: la comunidad LGBT. La propuesta de Mister BnB es ofrecer información verificada sobre las mejores zonas para el alquiler para esta comunidad, obteniendo de ellos entonces fidelidad.
El creciente empuje de los negocios inmobiliarios, tradicionales o modernos le dan ahora al cliente la oportunidad de escoger de una manera mucho más específica el servicio que están requiriendo: alquilar, alquilar a cambio de trabajo, alquilar para una comunidad específica (LGBT), son ejemplos de cómo las posibilidades de diferenciación del producto son cada vez más crecientes. Para un cliente potencial que sabe bien lo que necesita, y posee el nivel de ingresos adecuado, las soluciones ofrecidas por las llamadas propTech son muy interesantes. Sin embargo, se mantiene el nicho de demanda básica de pisos y casas, para el cual el modelo propTech quizá no es el más apropiado, teniendo que acudirse a las más tradicionales promotoras, menos segmentadas y con mayor información general y conocimiento de las zonas.
En conclusión, la aparición de las nuevas tecnologías y de nuevos actores ha reconfigurado el mapa de los negocios inmobiliarios. Ahora, además de la promotora inmobiliaria clásica, encontramos las llamadas propTech, modelos de negocio sofisticados, y que por lo general apuntan a segmentos muy específicos de la clientela potencial con productos innovadores.
Para todos los modelos de negocio, es cada vez más importante la segmentación del mercado de clientes, así como el conocimiento especializado del producto, para poder diferenciarse de la competencia. Sin embargo, valores y competencias como el conocimiento de la zona, la disciplina y la profesionalidad estarán siempre atados al quehacer diario de la actividad inmobiliaria, sea de forma presencial o en línea.