En los últimos años, medir estos niveles se ha convertido en un tema de gran relevancia. Con el aumento de las facturas de energía y la creciente preocupación por el medio ambiente, muchos propietarios buscan maneras de optimizar su consumo. Es una de las herramientas más útiles en este sentido y un documento que evalúa el nivel de eficiencia de una vivienda o local.
Obtener un certificado energético barato es una opción cada vez más accesible gracias a diversas subvenciones y ayudas que facilitan su obtención. Este no solo es un requisito legal para la compraventa o alquiler de propiedades, sino que también ofrece una serie de beneficios económicos y ambientales. Al contar con este documento, los propietarios pueden identificar las áreas en las que su vivienda es menos eficiente y tomar decisiones informadas para realizar mejoras. Además, uno con una buena calificación puede aumentar su valor de mercado, lo que resulta atractivo tanto para vendedores como para compradores.
Para obtenerlo, es importante seguir unos pasos claros que faciliten el proceso. Primero, se debe contratar a un técnico competente que esté acreditado para realizar esta evaluación. Este profesional llevará a cabo una serie de pruebas y verificaciones para determinar su eficiencia. Una vez contratado el técnico, se deberá preparar la propiedad para la evaluación. Esto implica asegurarse de que el acceso a todas las áreas sea posible y que se disponga de la documentación necesaria, como planos y facturas. Tras la evaluación, el técnico emitirá un informe que incluirá su calificación, que va desde la letra A (más eficiente) hasta la letra G (menos eficiente).
En cuanto a los costos, estos pueden variar dependiendo de la ubicación y la complejidad de la casa. Sin embargo, es posible encontrar opciones económicas, especialmente si se aprovechan las subvenciones que ofrecen algunas comunidades autónomas. Estas ayudas pueden cubrir una parte significativa de los gastos, lo que hace que obtener uno de estas características sea mucho más viable. Por lo general, los costos rondan entre 100 y 300 euros, aunque algunas ayudas pueden reducir esta cifra considerablemente.
Además de los beneficios económicos, contar con uno de estos sellos también tiene implicaciones ambientales. Al identificar las áreas de mejora, los propietarios pueden realizar reformas que reduzcan el consumo de energía, lo que se traduce en una menor huella de carbono. La legislación en torno a esta medición ha evolucionado en los últimos años. La normativa europea y nacional exige que todos posean este título para ser vendidos o alquilados. “Esto ha llevado a un aumento en la concienciación sobre su importancia y ha fomentado la inversión en mejoras que beneficien tanto al propietario como al medio ambiente”, comentan en Certifica Plus.
La certificación, es un paso hacia la modernización de las propiedades y un compromiso con el medio ambiente. Tomarse el tiempo para evaluar la eficiencia de un inmueble puede parecer un esfuerzo adicional, pero los beneficios a largo plazo valen la pena. Al final, cada pequeño paso cuenta en la construcción de un mundo más eficiente y consciente.