Empezar una nueva vida al lado de una pareja supone para la mayoría todo un reto, así como un enorme mar de dudas y problemas a los que habrá que aprender a hacer frente juntos. La adquisición de una vivienda representa para la mayoría de los mortales un hito en sus vidas y un rompecabezas también, pues no es sencillo decidir entre comprar una vivienda ya construida o hacerlo cuando la construcción es solo un proyecto.
Las dudas que surgen siempre son las mismas, si los edificios tienen bajos comerciales, que tipo de negocios los ocuparán, si serán ruidosos y, por lo tanto, causarán perjuicios a los vecinos y un largo etcétera. Pero, como indican desde BermoAcústic, “la legislación sobre los niveles de ruido permitidos es cada vez más estricta. Además, y afortunadamente para la mayoría, cada vez se construye mejor debido fundamentalmente al extraordinario desarrollo de materiales innovadores en los últimos años”.
Y es que, a nadie le sorprenderá saber que España es un país ruidoso si se compara con otros países europeos en los que el silencio no es sino una traducción del respeto que los ciudadanos sienten por sus vecinos. Poder disfrutar del silencio es para algunos ciudadanos del país un imposible, que se ve agravado cuando el ruido se produce de noche, alterando el sueño de aquellos que, por desgracia, han de soportarlo.
Y ojo, porque dormir mal acaba pasando factura a la vida de la mayoría, las personas se irritan con mayor facilidad, les cuesta concentrarse y prestar atención, sus cerebros se vuelven torpes y son, por lo tanto, más propensos a cometer errores. Pero por si esto fuera poco, aquellos que duermen mal tienen una mayor propensión a sufrir depresiones, obesidad y desarrollar cardiopatías.
“Dormir mal es una faena, pero generalmente es la consecuencia de algo y en caso de que sea por el ruido producido por una fuente externa y ajena a nosotros, afortunadamente, tienen fácil solución. Basta con realizar una correcta insonorización de la habitación que se utiliza para el descanso nocturno” comentan desde BermoAcústic.
En cualquier caso, es una pena que España no tome nota de lo que algunos de nuestros vecinos europeos tienen por una buena costumbre de respeto al prójimo. Los españoles deberían aprender a disfrutar del silencio, y ya de paso, a ser más respetuosos con los iguales.