Cada vez son más los proyectos que llevan consigo el uso de materiales transparentes que dejen pasar no solo la luz a través de ellos sino, también, la imagen.
En este sentido, el vidrio ha sido durante muchos años el material escogido, pero su fragilidad a no ser que se apostara por opciones muy avanzadas – fue dando paso a que, en según qué proyectos, se apostara por el metacrilato, una solución más económica y aún duradera.
Para hacerse una idea, el metacrilato es hasta 7 veces más difícil de romper que el vidrio, pero se queda muy corto de las opciones que ofrece el policarbonato, que es hasta 250 veces más resistente.
Las construcciones con este material están proliferando. No solo por su facilidad a la hora de producirse sino también por las opciones de tamaño y corte a medida que permite.
“Manipular el policarbonato, además, es más sencillo. Se consigue plegar y curvar en frío, sin que exista además riesgo de rotura. Además, soporta temperaturas de hasta 120ºC con menor dilatación que el metacrilato. Pero, sobre todo, por lo que cada vez es más usado en exteriores, es por su cualidad ignífuga” explican desde Transglass, empresa especializada en productos plásticos.
Por su capacidad tanto de aislante térmico como acústico es perfecto para muchos tejados, pero también para estructuras exteriores que requieran, por ejemplo, luz y calor. Es perfecto para crear en jardines invernaderos o incluso pequeñas salas o despachos sin necesidad de apenas obra y por precios más que razonables, lo que ha convertido esta opción en una de las favoritas para muchos diseñadores de exteriores a la hora de conseguir estructuras transparentes, fluidas y que perduren en el tiempo.
“Ya no se piensa en estructuras permanentes sino en soluciones que duren en tiempo que dura la necesidad y que puedan reinventarse. Y eso es lo que se consigue con este tipo de materiales. Por eso cada vez calan más en las pequeñas obras” comentan.
Con distintos espesores, con la opción de cortes a medida y con la resistencia UV, no será raro que cada vez se empiecen a ver más pequeños espacios de policarbonato en jardines y restaurantes, por ejemplo.