Que esta es una sociedad consumista está claro. Y precisamente eso, unido a muchos otros factores es lo que está provocando, que muchas personas desechen productos ante cualquier minúsculo fallo que mediante la sustitución de una pieza volverían a funcionar correctamente y a tener cuerda para rato. Y es que, a pesar de que cada vez resulta más complicado, todavía es posible encontrar repuestos de electrodomésticos Balay y de muchas otras marcas en algunos lugares, lo que les permite a los aparatos disfrutar de una segunda y renovada vida.
Como bien es sabido por todos, hoy los electrodomésticos y aparatos electrónicos poco o nada tienen que ver con los de hace algunas décadas, pues si cualquiera preguntara a su madre, probablemente sería capaz de contar que más de uno y de dos de los primeros electrodomésticos que tuvo duraron más de 30 años. Sin embargo, en la actualidad, esa no es la tónica habitual, y a la menor durabilidad, probablemente fruto de una obsolescencia programada contra la que ya se están tomando medidas, se deben unir los grandes avances tecnológicos que se han ido produciendo en los últimos años y que provocan que los aparatos se queden obsoletos con una mayor rapidez.
Pero, además, si a los anteriores se suma un deseo irrefrenable por poseer los últimos y más modernos productos por parte de la sociedad, poco o nada tendrán que hacer los viejos aparatos, y serán desechados incluso antes de comprobar si existe la posibilidad de repararlos o de encontrar repuestos de electrodomésticos Balay o de aquella marca que se necesite.
Quizás sea el momento de poner en valor aquello que se posee, y de dejar un poco de lado el deseo de poseer y poseer cosas materiales que están muy lejos de aportarnos algo que merezca la pena, aunque cierto es, que la mayoría de electrodomésticos y aparatos electrónicos, facilitan mucho la vida. Quizás ese sea otro de los motivos por los que la mayoría no puedan vivir sin ellos ni unas horas y acudan raudos y veloces a comprar uno nuevo.
No obstante, es importante hacer uso de la cabeza, y comprobar primero si es posible la reparación, lo que probablemente permitirá el ahorro de una cantidad importante de dinero a la par que se estará contribuyendo a disminuir la generación de residuos, algo que por otro lado, el planeta agradecerá.